sábado, 24 de diciembre de 2011

FENÓMENO Y NOÚMENO

El fenómeno (del griego: φαινόμενoν: 'apariencia, manifestación', en plural: phenomena φαινόμενα) es el aspecto que las cosas ofrecen ante nuestros sentidos; es decir, el primer contacto que tenemos con las cosas, lo que denominamos experiencia. La misma palabra hace pensar que detrás del fenómeno puede existir una estructura no perceptible directamente, el filósofo Immanuel Kant lo llamó noúmeno.

El noúmeno (del griego "νοούμενoν" "noúmenon": "lo pensado" o "lo que se pretende decir"), en la filosofía de Immanuel Kant, es un término problemático que se introduce para referir a un objeto no fenoménico, es decir, que no pertenece a una intuición sensible, sino a una intuición intelectual o suprasensible.

Por otra parte, el término también ha sido usado para hablar de la cosa-en-sí, es decir, la cosa en su existencia pura independientemente de cualquier representación.

En la filosofía de Platón representa una especie inteligible o idea e indica todo aquello que no puede ser percibido en el mundo tangible y a la cual sólo se puede arribar mediante el razonamiento. El noúmeno como concepto fundamenta la idea de la metafísica en Platón.

La cosa en sí misma, fuera de su relación con nuestro modo de intuirla o percibirla; no es objeto de nuestros sentidos, ni por lo tanto de nuestro conocimiento. Para Kant no cabe un conocimiento de la realidad nouménica pero es posible acceder a dicha realidad mediante la experiencia moral; por ejemplo, aunque sólo podemos conocernos a nosotros mismos como seres sometidos a la causalidad dominante en el ámbito de los fenómenos –es decir como no libres–, tenemos que pensarnos también como libres si queremos aceptar la posibilidad de una conducta sometida a imperativos categóricos, –es decir una conducta moral–.

Fuente:wikipedia


jueves, 3 de noviembre de 2011

ECONOMÍA Y CREMATÍSTICA

En la Política Aristóteles identificó dos tipos de actividades productivas y distributivas en la antigua sociedad griega: οíκονομία (economía) y  χρηματιστική (crematística).
     Economía viene del griego οíκονομία, que a su vez se compone de dos palabras: οìκος (hogar o casa, en el sentido de patrimonio) y νέμω (ley o medida). La economía se puede definir entonces como el conjunto de leyes, normas o costumbres mediante las cuales se administran los bienes de la casa. En la Antigua Grecia estos bienes solían ser esclavos, animales domésticos, lana, alimentos y otros recursos. En 1615 el economista francés Antonio de Montcheretien afirmaba que la ciencia de la administración de la riqueza era común al Estado y al hogar. Antonio entonces consideró correcto utilizar la palabra economía para designar tanto la administración de los bienes de un Estado como los de una familia, pues consideró que un Estado o país es como una casa grande y una casa una especie de Estado en pequeño. En español utilizamos entonces los términos “economía política” (término utilizado por Antonio)  para referirnos a lo primero y “economía doméstica” (expresión que en griego sería sin embargo redundante) para lo segundo.
     La palabra crematística viene del griego χρηματιστική (chrematistike), que a su vez se deriva de χρήματα (chremata), bienes, riqueza, dinero. De modo que originariamente la crematística sería el arte de adquirir bienes o dinero. En el primer libro de la Política Aristóteles afirma que hay dos tipos de crematística: la doméstica y la comercial o de cambio. La crematística doméstica se sirve a veces del dinero para obtener lo necesario para la vida y el hogar y la crematística de cambio tiene por objeto el dinero mismo. Aristóteles considera que la riqueza doméstica tiene un límite, las necesidades del hogar, mientras que la riqueza a que aspiran los que se dedican al cambio es ilimitada, pues no persiguen otro fin que el aumento indefinido de su caudal de dinero. Aristóteles muestra mayor simpatía por la primera que por la segunda. No obstante, en el libro V de la Ética Nicomáquea, Aristóteles volvió a meditar sobre la función del dinero, esta vez con mayor simpatía por la actividad comercial.

domingo, 23 de octubre de 2011

ACTO Y POTENCIA

La palabra acto proviene del latín actus y se encuentra relacionada con la noción de acción. Más bien con el resultado de hacer. Es decir, actus es actualidad, plena realidad. Actus es participio pasivo del verbo agere (llevar a cabo, mover hacia adelante). Los participios pasivos en latín frecuentemente añaden una t. Por ejemplo: legere (leer) -> lectus (lectura). También el participio de agere (actus). El verbo latino agere viene de una raíz indoeuropea (ag- = conducir) que dio en español palabras como agente, ágil, o pedagogía. La palabra potencia proviene del latín potentia que viene a significar poder o facultad. También posibilidad.
     Los romanos y escoláticos utilizaron la palabra potentia para traducir el término griego dýnamis (δύναμις). Según el "Breve Diccionario Etimológico de la  Lengua Castellana" de Joan Corominas, dýnamis viene de dynamai o sea "yo puedo", "yo soy capaz". Dynamis  vendría a significar fuerza. Asimismo los latinos llamaban actus a lo que los griegos denominaban enérgeia  (Èνέργεια). Enérgeia está compuesta de en (dentro) y ergon (acción o trabajo).
     Los términos dýnamis y enérgeia cobran especial importancia en Aristóteles. Aristóteles interpretará el movimiento como la actualidad de lo posible, es decir, el paso de la potencia al acto: la actualización de la dýnamis, y que la dýnamis pase a ser enérgeia. Recurriendo al ejemplo clásico resultaría que la semilla es árbol en potencia, pues tiene la fuerza o posibilidad de llegar a ser árbol. El árbol mismo es árbol en acto, pues la potencia ya se ha realizado, concretado o actualizado.

jueves, 20 de octubre de 2011

EQUIDAD

La palabra equidad viene del latín aequitas-atis, originariamente igualdad de ánimo. Y de aequus, igual. Más genéricamente, igualdad. Al parecer aequitas-atis viene a su vez del término griego epiekeia (επιεικεία). Epiekeia está compuesta por el prefijo επι-, que significa encima, sobre, además, también, luego o después; y la raíz εικοσ, esperable, conveniente, razonable o justo. No obstante, Tomás de Aquino entiende que en griego επιικεζ es lo conveniente o decente, ya que επι significa sobre; e ικοζ , obediente. Por medio de la επιικια se obedece de modo más excelente, observando la intención del legislador donde disuenan las palabras de la ley.
     Epiekeia y equidad podrían tener un mismo origen etimológico. Y en un principio, un mismo significado. Puede definirse como interpretación moderada y prudente de la ley, en contra de su sentido literal, pero siguiendo la mente del legislador según las circunstancias de tiempo, lugar y persona. Se entiende que sólo puede aplicarse a las leyes humanas, y no a todas.
     Platón y Aristóteles son los primeros en utilizar el término epiekeia que los latinos y escolásticos transcriben como aequitas-atis.  Para ambos la ley general no puede prever todos los casos posibles, sino que ha de atender sólo a lo que ocurre en la mayoría de ellos. Lo universal no puede incluir todos los casos concretos. Para ambos la epiekeia sería una forma de justicia que tiene en especial consideración los casos particulares. No obstante, uno y otro valorarían de modo muy diferente esta forma de justicia.
     Platón en "La República" opina que la sabiduría práctica del hombre al frente de los asuntos públicos está sobre las leyes. El hombre político, dotado de sabiduría y prudencia, debe juzgar en cada caso concreto lo que es más conveniente hacer. Al final de la vida, sin embargo, Platón piensa que de hecho es muy difícil encontrar un hombre político sabio y recto, y por eso opina en “Las Leyes” que la comunidad política debe regirse por leyes generales. No obstante, las leyes son sólo una especie de sustituto de ese hombre político idealizado. Por tanto, deben ser lo más absolutas posibles para asemejarse a las decisiones concretas del hombre político. De ahí que la epikieia sea considerada como una debilidad, un salirse del campo ideal para dar lugar a una misericordia de carácter particular, humano y sentimental.  La epiekeia aparece así como una desviación de la justicia general.
     La epiekeia, según Aristóteles, no aparece como una desviación o excepción de la ley, sino como una corrección de la misma. Las piedras para edificar los muros de Lesbos son desiguales. No pueden por eso medirse si la regla no es flexible. No son las piedras las que deben adaptarse a la regla, sino la regla a las piedras (Retórica, lib. 1, cap. 13, n° 137a; Ética a Nicóm., lib. 5, cap. 10, 1137a1138a). Para Aristóteles, pues, la ley es justa, pero la epiekeia es más justa todavía, en el sentido que va más allá de la ley, ya que ésta no puede incluir los casos concretos, como hace la epiekeia. (Ética a Nicóm., n° 1137a,2,1138a).
     Mientras que para Platón la epiekeia es una desviación de la verdadera justicia, para situarse en la mera misericordia, para Aristóteles la epikieia es la expresión de un derecho más profundo y auténtico que el de la ley. Y sirve para corregir y completar la ley misma.
     No obstante, aunque epiekeia y equidad pueden considerarse sinónimos, en el ámbito ético-jurídico suelen tener matices diferentes. La epiekeia (trascripción más afín al término griego) se refiere más a la ciencia moral y al fuero interno, mientras que la equidad se refiere al campo del derecho positivo y al fuero externo. Algo similar ocurre con los términos etica y moral. Aunque sinónimos, en el ámbito filosófico se suelen matizar. La  ética (transcrita directamente del griego) se refiere más a la reflexión sobre el fundamento de las normas; y la moral (término de origen latino con el que Cicerón transcribe ethos) se refiere más a las normas como cuerpo de doctrina asumidas por fe o tradición.
     En la época moderna, Giuseppe Lumia ha definido la equidad como el juicio atemperado y conveniente que la ley confía al juez. La equidad constituye el máximo de discrecionalidad que la ley concede al juez en algunos casos, cuando la singularidad de ciertas relaciones se presta mal a una disciplina uniforme. Lumia expone que la equidad no debe confundirse con el mero arbitrio, porque esto significaría un mal uso por parte del juez de sus poderes. En cambio, cuando decide conforme a equidad, respeta aquellos principios de justicia que se encuentran recibidos por el ordenamiento jurídico positivo o que son compartidos por la conciencia común

sábado, 15 de octubre de 2011

ESCÉPTICO

La palabra "escéptico" viene del griego σκεπτικοί (skeptikoi = examinar, mirar con detenimiento) Skeptikoi tiene la raíz indoeuropea spek-, "mirar", "observar", que en griego sufre una metátesis y da también el verbo skopéo (mirar, observar). En cambio en latín se conserva la raíz indoeuropea pura spek-, y del latín nos vienen palabras como especular, espejo o espectáculo.
Comúnmente se entiende por escéptico alguien que duda (es decir, mira y remira, pero no encuentra). Generalmente el escéptico está en desacuerdo con lo que suele estar aceptado como verdad, aunque no propone otra verdad en su lugar.
En la Antigüedad se denominaba escépticos a los seguidores del filósofo griego Pirrón (360-270 a.C.). Pirrón profesó una doctrina epistemológica y ética que abandonaba el juicio y creía que no había nada verdadero o falso, bueno o malo. Consideraba pues que toda presunta verdad podía ser puesta en cuestión a través de un argumento. Pirrón pensaba que la diversidad de opinión existe entre sabios y entre tontos. Y que cualquier opinión que un sabio tuviese podría ser refutada por personas igual de sabias, y con argumentos igual de sólidos. La vertiente ética de su pensamiento se basa en que muchos sufrimientos humanos se derivan de la excesiva credulidad. Si creemos en algo que nos beneficia, y luego descubrimos que es incierto, surge el dolor. Si creemos que algo es verdadero y esto nos perjudica, cuando alguien nos persuade de que es incierto nos percatamos de que estuvimos sufriendo innecesariamente. La duda no es solo una cuestión epistemológica. Es sabio dudar pues evita el dolor de la esperanza no cumplida, el dolor añadido de la frustración tras una falsa expectativa; y el dolor previo que nos aporta la creencia en una idea que tomamos como cierta, y que finalmente descubrimos que no lo es.
El escepticismo de Pirrón es considerado como un escepticismo radical. Tal postura puede derivar en la parálisis de la acción. Si nada es seguro, por nada me puedo decidir. También puede derivar en un relativismo extremo que vendría a cristalizar en una postura cínica. Esto es, si todo da igual, defenderé lo que más me convenga egoístamente. El escepticismo radical también puede, con buen sentido, fomentar el respeto entre las diversas opiniones, lo que significaría rebajar las tensiones dialécticas y las disputas violentas que por su causa se pudiesen desarrollar. No tiene sentido morir, luchar o matar por una idea, pues ninguna es cierta. El escéptico es antidogmático.
 Los escépticos antiguos también eran conocido como zetéticos, palabra griega que deriva de Ζντελγ (buscar). El zetético era más bien el que buscaba y buscaba sin encontrar y sin llegar a conclusión alguna.
 Frente al escepticismo radical de Pirrón existe el escepticismo metódico de Descartes y escepticismo mitigado de Hume.
 Descartes utiliza la duda como un procedimiento para alcanzar algo indudable. Y a partir de ahí, desarrollar un conocimiento seguro. El “Pienso, luego existo” cartesiano constituye la primera certeza que obliga a Descartes a dejar de ser escéptico.
 Hume considera que no hay nada cierto, pero admite que existen diversos tipos de conocimientos que la historia y la experiencia nos da: superstición o ciencia. La ciencia es preferible a la superstición, pues aunque no nos da certeza, nos da una alta probabilidad de aciertos. Hume vendría a decir lo siguiente: en rigor, no sé si mañana saldrá el Sol, pero si apelo a mi experiencia pasada o a lo que me dice la ciencia (asumiendo su alto porcentaje de aciertos) he de admitir que es muy probable que salga el Sol, de modo que actuaré como si fuese seguro que va a salir. El escepticismo de Hume es pues mitigado o moderado, y no es paralizante como el de Pirrón.



domingo, 2 de octubre de 2011

IDIOTA


 
La palabra idiota proviene del griego ιδιωτης (idiotes). Esta palabra la utilizaban los antiguos griegos para referirse a aquel que no se ocupaba de los asuntos públicos, sino sólo de sus intereses particulares.

La raíz de idiota es ιδιος (ídios) que viene a significar solo, aislado y, en algunos casos, particular y privado.  Esta raíz la encontramos también en palabras castellanas como "idioma" o  "idiosincrasia".

          En la Atenas del siglo V a.C., período álgido de la democracia ateniense, el término ιδιωτης va adquiriendo un matiz despectivo, pues se consideraba mal que alguien se mantuviera apartado de esos asuntos públicos que iban a gestionar su vida. La participación política se consideraba un deber inexcusable. En cierto sentido faltar a ese deber era incomprensible para muchos atenienses, pues pensaban que la vida política beneficiaba a todos, diferenciaba verdaderamente al ciudadano del bárbaro; y, además, el Estado ayudaba a ejercerla si había dificultades económicas. En Atenas existían las "liturgías" o subvención que el Estado daba por asistencia y participación y que sacaba de los altos impuestos que imponía a sus ciudades sometidas y aliadas.

Sea como fuere el término idiota acabó adquiriendo el valor de alguien un poco tonto e ignorante, que renuncia (por voluntad propia o incapacidad personal) a ocuparse de la política que le afecta. Es así como el término prestado al latín ya ha adquirido el sentido de alguien zafio, ignorante, burdo y sin instrucción durante el imperio romano.

Este es el significado que conserva durante toda la Edad Media, aunque en la Edad Media el idiota es además el que no cree en Dios.


          En el S. XVII la medicina francesa establece una clasificación de las deficiencias psíquicas o retrasos mentales, y utiliza el término "idiota", al igual que lo hace con el vocablo latino "imbécil", para denominar uno de los grados de minusvalía psíquica. De ahí sus acepciones como enfermedad mental recogidas en los diccionarios.



No obstante, como todos sabemos, hoy día idiota y también imbécil, se ha convertido en un insulto que hace referencia a las escasas dotes mentales del insultado.

 

DEONTOLOGÍA

Deontología procede etimológicamente del griego δέον, δέοντος (deon, genitivo: deontos = lo que es necesario, preciso o debido; deber, obligación), participio presente neutro (voz activa) del verbo δέω (deō= tengo falta de, estoy privado de, carezco de) y -λογία (-logía = estudio, tratado), es decir, tratado del deber.
        El término deontología es un neologismo introducido a comienzos de siglo XIX por el filósofo inglés Jeremy Bentham. Bentham escribe el libro “Deontología. Ciencia de la moral” publicado en París en 1832 y en Londres en 1834. La obra  constituye un tratado de lo conveniente o necesario, un tratado del deber.

domingo, 15 de mayo de 2011

PNEÛMA

Pneûma viene de πνεῦμα, (soplo, viento; aliento, respiración; espíritu o soplo divino). Tiene su origen en el verbo pneo πνέω (soplar, resoplar o respirar).
          El vocablo tiene una larga tradición y un amplio campo significativo. Desde que los discípulos de Hipócrates de Cos empiezan a escribir sus enseñanzas y ampliarlas con su experiencia en el S.IV a. C., hasta aproximadamente el año 100 a.C. (fecha del último escrito del corpus hipocrático), se gesta la teoría de los cuatro humores (χυμός en griego) que intervenían en el equilibrio corporal. En este contexto el pneûma es el soplo vital o principio que anima todas las partes del cuerpo.
          En filosofía Anaxímenes consideraba que el pneûma,  entendido como soplo vital pero también como aire, es el arché o principio de todas las cosas. De él ha salido todo por condensación y rarefacción. El aire domina y mantiene unido al Cosmos de la misma manera que el alma lo hace con el cuerpo. Este primer principio tiene la capacidad de pensar, indispensable para gobernar.

viernes, 13 de mayo de 2011

ÉTICA

La palabra "Ética" deriva del griego εθος (ethos). En origen significaba “residencia, morada, lugar donde se habita”. Se usaba, sobre todo en poesía, con referencia a los animales, para aludir a los lugares donde se crían y viven. Después se aplicó a los hombres para referirse a su país o patria. Este sentido fundamental de ethos como lugar exterior o país en el cual se vive pasaría a significar una especie de lugar interior, “morada intangible donde habita cada hombre”: el conjunto de las costumbres de cada ser humano. Según toda la tradición filosófica a partir de Aristóteles significaría, más precisamente, ´modo de ser´ o ´carácter´.
          No hay que confundir temperamento con carácter. La Psicología moderna distingue claramente estos dos conceptos. El temperamento es el modo de ser que se hereda y es innato. Pero el carácter es el modo de ser adquirido, esa morada intangible que el hombre se construye a lo largo de su vida. El carácter se construye mediante hábitos, esto es, mediante la repetición de actos iguales. El carácter es, pues, un conjunto de hábitos. Los hábitos buenos son virtud y los malos, vicio. Siendo así, un buen carácter está constituido por un el conjunto de buenas costumbres o virtudes. Y un mal carácter, de malas o vicios.
          Según la ética eudemonista de Aristóteles, un buen carácter es fundamental para ser feliz.
                  Para complementar la entrada ver video sobre la ética de Aristóteles.

lunes, 9 de mayo de 2011

EUDEMONÍA

Eudemonía viene del griego eudaimonia. Palabra compuesta de "εú" bueno y " δαίμων" o dáimôn con grafía latina. Dáimôn suele referirse a ciertos entes que comparten los rasgos fundamentales de lo que en otras tradiciones se denominan ángeles y demonios. No obstante, en griego, dentro de este campo semántico, tiene múltiples significados. El que creo que es más adecuada en relación con la palabra que nos trae es el que designa a seres divinos y semidivinos que vienen a ser intermediarios entre los dioses y los hombres. El Eros descrito en El Banquete de Platón seria, por ejemplo,  uno de estos seres mediadores. Lo interesante para dar significado pleno a la palabra eudemonismo es, precisamente, el carácter mediador. Por metonimia daimon sería entonces medio.
          Si apelamos a su etimología deberíamos decir más bien que la eudemonía es un medio para el bien. Así el término derivado: eudemonismo, vendría a designar los planteamientos éticos que constituyen una reflexión que viene a plantear estrategias o “medios” para alcanzar un fin, que es precisamente “un bien”, una vida mejor.
          No obstante, eudemonía se suele traducir por felicidad o buena vida. Y eudemonismo serían entonces las distintas escuelas éticas que reflexionan sobre qué es este bien, buena vida o felicidad, y se proponen elaborar normas básicas para alcanzarlo.
          Prácticamente toda la ética griega puede ser considerada eudemonista: Platón, Aristóteles, epicureismo, estoicismo, escepticismo y cinismo. También podríamos considerar eudemonista la ética de Tomás de Aquino, en el sentido que busca la felicidad, aunque sea en una vida futura. Aunque aquí deberíamos hacer otra división: eudemonismo terreno (los que buscan la felicidad en la vida presente) y eudemonismo ultraterreno (los que buscan la felicidad en una vida después de la muerte). Más recientemente podemos considerar eudemonista (eudemonismo terreno) la ética utilitarista, en el sentido que el objetivo de la acción correcta es para ellos alcanzar la máxima felicidad para el mayor número de personas.
          Existen otros planteamientos éticos que persiguen otro fin: la acción justa, la acción correcta o el mero deber. Tales éticas dejan en un segundo plano la cuestión de la felicidad. No es contradictorio entonces actuar correctamente y no alcanzar felicidad. La ética de Kant sería el más claro ejemplo. Tales éticas se suelen denominar deontológicas.

miércoles, 4 de mayo de 2011

TETRAFARMAKÓN

Tetrafarmakón viene del griego τετραφάρμακον. La palabra se compone de τετρα (tetra) que significa "cuatro"; y φάρμακον (pharmacon) que en español da fármaco y que significa en griego antiguo sustancia purificada que puede ser tanto medicina como veneno o hechizo. Quizá por la conciencia de que según la dosis puede resultar terapéutico o provocador de enfermedad.
          El término tetrafarmakón se debe a la escuela de Epicuro, y designaba con él el cuádruple remedio. Es decir, la medicina que viene a curar los cuatro miedos fundamentales de la vida: a la muerte, al dolor, al destino y a los dioses. Esta cura era fundamental para alcanzar la atraxia y la felicidad.
          Epicuro trató de combatir el miedo a la muerte mediante un famoso argumento filosófico: «A la muerte no hay que temerla, pues cuando estamos vivos no tenemos sensación de la muerte y, por tanto, no la sentimos. Y cuando estamos muertos, no tenemos sensación alguna y, por tanto, tampoco la sentimos». No hay que temer al dolor. Cuando es intenso dura poco y cuando dura más tiempo es menos intenso. En ambos casos es soportable. Si el dolor fuese muy intenso y duradero moriríamos. Pero a la muerte, fin de todo dolor, no hay que temerla como ya vimos anteriormente. No debemos temer el futuro. Nuestro destino no está "escrito", y si lo estuviera, no podríamos saber qué sucederá. El cuarto miedo que Epicuro combatió fue el miedo a los dioses, a sus enfados, castigos y represalias. Para ello, Epicuro trató de convencer a la gente de que los dioses, en el supuesto de que existan (pues Epicuro lo pone en duda), deberían de ser tan perfectos que no se preocuparían por los insignificantes asuntos humanos. Y mucho menos para castigarnos.

Ver video ilustrativo: "Epicuro y el tetrafarmakón"

HEDONISMO

La palabra hedonismo viene del griego ἡδονισμός  (hedonismos), formada de ἡδονή (hedone = placer) y el sufijo -ισμός (ismos = cualidad, doctrina, sistema).
          Ésta era la filosofía impulsada por Epicuro, que predica que la meta máxima de la vida era la felicidad. Para los epicúreos la felicidad se identificaba con el placer y la ausencia de dolor.

domingo, 1 de mayo de 2011

MAYÉUTICA

Mayéutica viene del vocablo griego μαιευτικη (maieutike) y se refiere al oficio de la persona que se ocupa del parto y ayuda a dar a luz.
          La palabra mayéutica da nombre a la segundo momento del método de conocimiento de Sócrates: el método dialéctico. Platón nos describe el método socrático en muchas de sus obras. Fundamentalmente en su diálogo Menón 
          Primero se intentaba llegar a la conciencia de la propia ignorancia realizando así la máxima socrática “sólo sé que no sé nada”. ¿Por qué? Evidentemente para conocer algo tenemos que estar persuadidos de que no sabemos. Quien cree saber no se preocupa de saber. Esta primera parte se realiza mediante la práctica de la ironía. Sócrates tomaba una actitud ingenua e irónica ante los valores morales que pretendía conocer: justicia, valor, prudencia, etc., hasta que persuadía a su interlocutor de que verdaderamente no sabía lo que creía saber. Éste se hacía consciente así de su propia ignorancia y se cumplía el primer objetivo del método dialéctico.
          El segundo momento intentaba llegar a un conocimiento de la verdad en cuestión, y este conocimiento no había que buscarlo fuera sino dentro de nosotros. Por eso esta segunda parte del método intentaba llegar a la máxima socrática “conócete a ti mismo” que se encontraba inscrita en el oráculo de Delfos. A esta segunda fase de la dialéctica la llama Sócrates “mayéutica”. La madre de Sócrates era comadrona, esto es, poseía “la técnica mayéutica” y esto consistía no en dar un niño a la madre sino en ayudar a la madre a que dé a luz el niño que ya posee en su interior. Sócrates pensaba que su actividad en las plazas y calles de Atenas consistía en algo parecido al oficio de su madre. No daba la verdad a sus discípulos, pero ayudaba, con pequeños apuntes y preguntas, a que cada cual diese a luz la verdad, la definición correcta, que posee en su interior.
                La dialéctica no siempre daba frutos. A veces no se llegaba a ninguna definición correcta del concepto moral en cuestión.

Ver video ilustrativo: "Ironía socrática"

ATEÍSMO

Ateísmo viene de la palabra ateo. Ateo proviene del adjetivo griego αθεος (atheós) , que significa ‘sin dios’ (en cualquiera de los dos sentidos, de no creer en uno o más dioses o de no venerarlos); siendo a la partícula negativa ‘no’ o ‘sin’; y theós: ‘dios’
          El término ateo tuvo su primer uso en la Roma antigua, para designar a todo aquel que no creyera en los dioses del panteón romano.
          Actualmente ya no se usa el adjetivo ateo para designar a los que no creen en unos dioses aunque crean en otros. En un sentido fuerte el ateismo se identifica hoy con los llamados filósofos de la sospecha: Marx, Nietzsche y Freud. Su negación de la existencia de Dios no es tanto por la dificultad de demostrar su existencia o inexistencia, sino por considerar que la creencia en Dios es una mentira perjudicial para el ser humano. La negación de la existencia de Dios se basa más en razones morales que lógicas. Gustavo Bueno gusta decir que el ateo es un agnostico combativo. O bien, que el agnóstico es un ateo que no tien interés en discutir sobre el tema.

Video ilustrativo de Gustavo Bueno

AGNOSTICISMO

Agnosticismo viene del griego α- (a-, sin) y γνώσις (gnōsis, conocimiento).
          El término agnóstico fue introducido por el zoólogo británico Thomas Henry Huxley (1825-1895) en 1869. Huxley definió a un agnóstico como alguien que niega tanto el ateísmo como el teísmo, y cree que la cuestión de si existe Dios es indeterminable e irresoluble.
          Esto es, un agnóstico es alguien que cree que no sabemos ni podemos saber con certeza si Dios existe. De modo que el agnóstico considera inaccesible para el ser humano todo conocimiento de lo divino y de lo que transciende o va más allá de lo experimentado o experimentable.

HILEMORFISMO

Hilemorfismo viene de ὕλη materia y μορφή forma. El término se refiere a la filosofía de Aristóteles. El filósofo considera que toda realidad es un compuesto de materia y forma. La materia es de lo que está hecho el objeto; y la forma las características esenciales y accidentales del mismo. Así pues, una mesa, por ejemplo, está compuesta por la materia (a saber, madera, hierro, etc.) y por la forma, que incluye rasgos esenciales (los rasgos que hacen que una mesa pertenezca a la clase de objetos que llamamos mesas) y los rasgos accidentales (aquellas características propias de la mesa concreta, pero que no son necesarias para ser una mesa: grande, verde y cercana, por ejemplo).
          La forma esencial coincide con lo que Platón llama Idea, y viene a ser la definición genérica o universal.

ARETĒ

Aretē (en griego αρετή) es uno de los conceptos cruciales de la Antigua Grecia. Sin embargo, resulta difícil precisar con exactitud su sentido. En su forma más elemental, la areté es la "excelencia"; la raíz etimológica del término es la misma que la de αριστος (aristós, 'mejor'), que designa el cumplimiento acabado del propósito o función.
          Desde la Época Arcaica estuvo vinculado especialmente a la posesión de la valentía y la destreza en el combate. El ejemplo clásico es Aquiles, quien prefiere morir en combate antes que cualquier otra forma de vida.
          En la Grecia antigua podía hablarse indistintamente de la areté de un soldado, de un toro o de un navío, aunque su uso para los objetos inanimados es raro.          
          Hacia la época clásica —sobre todos los siglos V y IV a. C.— el significado de areté se aproximó a lo que hoy se considera virtud en general, incluyendo rasgos como la μεγαλοψυχια (megalopsyjía, "magnanimidad"), la σοφροσυνη (sofrosynē, "templanza") o la δικαιοσυνη (dikaiosynē, "justicia"). La adquisición de la areté era el eje de la educación (παιδεια, paideia) del joven griego para convertirse en un hombre. Según Hipias el fin de la enseñanza era el “Aretē”: capacitación para pensar, para hablar y para obrar con éxito.
          Tanto Platón como Aristóteles harían de la areté uno de los conceptos centrales de su doctrina ética.

Fuente principal: Wikipedia

CAOS Y COSMOS

La palabra caos  viene del griego χάος (Chaos).
          Según Werner Jaeger en su obra "La teología de los primeros filósofos griegos" en un pasaje de la Teogonia de Hesiodo muestra que el caos no es nada más que el espacio que se abre como un bostezo entre la Tierra y el Cielo. Pues según Jaeger la idea del caos pertenece a la herencia prehistórica de los pueblos indoeuropeos; pues la palabra está relacionada con kasko, (bostezo). En la Física habla Aristóteles del Caos como de un espacio (topos) vacío. Siguiendo a Jaeger la idea corriente del caos como algo en que todas las cosas están confusamente mezcladas es un perfecto error; y la antítesis entre el caos y el cosmos, que descansa sobre esta noción inexacta, es simplemente una invención moderna.
          La palabra cosmos procede del griego κόσμος (Cosmos).
          A su vez la palabra griega está derivada del verbo κοσμέω que se encuentra en la Ilíada de Homero con el significado de "ordenar". En el Canto II (verso 555) leemos sobre el caudillo ateniense Menesteo: "No había nacido aún el terrestre que compitiese con él en ordenar (κοσμῆσαι) caballos y guerreros, portadores de escudos." También significa ornamento. Quizá por la relación entre el orden y la belleza. De cosmos viene la palabra españolas cosmética, por ejemplo. No obstante, parece que fue Pitágoras el primero en utilizar el término Cosmos para describir el orden y la armonía inherentes a un universo regido por unas leyes cognoscibles e inteligibles por el hombre a través del número y la geometría. El cosmos sería entonces un todo ordenado y por ende bello (ornamentado) gracias al orden latente de naturaleza matemática. Cuando hoy hablamos del cosmos lo consideramos sinónimo de universo. No obstante, universo es una palabra de origen latino que nos indica hacia (versus) unidad (uni). La palabra universo está más de acuerdo con la física moderna que busca leyes unificadoras que rigan en todo el mundo físico. Mientras que el cosmos apunta más bien a una totalidad ordenada e incluso jerarquizada (la región terrestre y la región celeste en Atristóteles, por ejemplo, que poseían diferentes naturalezas)
          No obstante, y a pesar de Jaeger, caos y cosmos (cuando no apela al universo) se suelen relacionar en el lenguaje popular y a veces en el fiósofico o científico, como términos opuestos que básicamente se traducirían como desorden y orden respectivamente.

FÍSICA

La palabra física proviene de dos vocablos griegos φυσις (physis) que significa naturaleza y el sufijo -ica que quiere decir conocimiento. La física es la ciencia que se dedica al estudio de las transformaciones y cambios que sufre la materia y la naturaleza. No obstante, física es un cultismo, pues los griegos que estudiaban la naturaleza no se llamaban a sí mismos físicos, sino estudiosos o investigadores de la phisis.
          φυσις (physis) viene del verbo  φύω – fío – “crecer, producir o desarrollarse”. En latín se traduce por natura. Pero la palabra latina natura es a su vez derivada del participio del verbo nasci, que significa "nacer". Quiere esto decir que la "natura" no designaba en principio las cosas naturales que vemos en torno nuestro, sino los procesos naturales que las originan. De modo semejante a lo que sucede con la palabra griega correspondiente: phisis. Así pues Phisis y Natura indican fundamentalmente cambio y movimiento. Y más precisamente desarrollo desde sí. Y nos viene a indicar que los procesos naturales son inseparables de los objetos que conforman el mundo natural. De ahí que el problema del movimiento y el cambio fuese el gran problema a resolver por los llamados filósofos de la naturaleza, los primeros filósofos o filósofos presocráticos. Precisamente por esto se les suele llamar físicos.
          Sin embargo es Aristóteles el que precisa el concepto de phisis o natura (naturaleza). Para Aristóteles la phisis es el conjunto de los objetos naturales. Pero también es el principio intrínseco de movimiento, cambio y desarrollo que poseen los objetos naturales y del cual carecen los objetos artificiales o técnicos. La silla, en cuanto silla, no cambia o desarrolla por sí para ser una silla mejor o más perfecta. Pero el cachorro de perro o la semilla, sí. Su phisis les empuja a desarrollarse plenamente en lo que son en potencia: un perro adulto y un árbol.

ENTELEQUIA

Del griego ἐντελέχεια, compuesto por ἐντεληές, 'perfección' y ἔχω, 'tener', entre cuyos múltiples significados también está 'alcanzar'. A su vez Ἐντεληές estaría formado por ἐν, 'dentro de' o también 'dedicado a', y τελέω/τελεῶ, 'finalizar o completar'; significando entonces 'dedicado a completarse' o 'dentro de su propio fin', lo que haría referencia a la causa final de perfección.
          La palabra entelequia nos llega a través del latín escolástico entelechia y está recogida en el DRAE desde 1884. Fue acuñada por Aristóteles para designar la causa final de perfección (con lo que explicaba a Dios, que era acto puro) que hacía que una potencia se actualizara. La palabra es recuperada por Leibniz para referirse a las mónadas.

sábado, 30 de abril de 2011

TEODICEA

La Teodicea viene del griego theos θεός (Dios) y dike δίκη  (Justicia).  La palabra fue creada en 1710 por Leibniz (1646-1716),  como título de una de sus obras: «Ensayo de Teodicea. Acerca de la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal» (Essais de Theodicee). Leibniz se refería con Teodicea a cualquier investigación cuyo fin fuera explicar la existencia del mal y justificar la bondad de Dios. 
          En la actualidad se entiende por Teodicea una rama específica de la Filosofía que se ocupa de probar la existencia de Dios a través de la razón natural. La relación con la concepción de Leibniz es clara. Pues siendo la justicia y la bondad divina algo esencial a Dios, su cuestionamiento pone en entredicho su propia existencia. 
          A veces Teodicea se usa como sinónimo de Teología natural o Teología racional.  No obstante, esto no es del todo correcto. El objeto de estudio de la Teología natural es más general. Podría decirse que la Teodicea es sólo parte de la Teología natural. El teologo natural parte de la existencia de Dios (por fe o razonamiento) e intenta descubrir racionalmente las características o atributos de Dios. Sin embargo cuando alguien hace teodicea se preocupa fundamentalmente de demostrar racionalmente la existencia de Dios.  
          Frente a la Teología natural está la Teología revelada, que no constituye disciplina filosófica. La Teología revelada intenta descubrir los atributos divinos fundamentalmente a partir de exégesis de los libros sagrados.   

ANARQUÍA

 «Anarquía» deriva del griego «ἀναρχία» («anarchia»), y está compuesta del prefijo griego αν (an), que significa «no o sin», y de la raíz archê, (en griego αρχn, «origen», «principio», «poder» o «mandato»).  La etimología del término designa, de una manera general, aquello desprovisto de principio director y de origen. Esto se traduce por «ausencia de norma», «ausencia de jerarquía», «ausencia de autoridad», o «ausencia de gobierno».
          Los términos «anarquía» y «anarquista» fueron usados libremente, en un sentido político, durante la Revolución francesa, en términos de crítica negativa, relacionados con los abusos empleados por varios partidos para dañar a sus oponentes; así tanto los Enragés o exaltados, que desconfiaban del poder excesivo, como Robespierre, que lo buscaba, fueron tachados de anarquistas.
          Este sentido negativo cambió cuando Pierre Joseph Proudhon publicó ¿Qué es la propiedad? (1840), el libro que le estableció como un pionero del pensamiento libertario. Tras responder al título («la propiedad es un robo»), el autor se convierte en el primer hombre que se autodeclara anarquista y precisa qué es lo que entiende por anarquismo y anarquía: «una forma de gobierno sin amo ni soberano».

Fuente: Wikipedia

ANÁMNĒSIS

anámnēsis ἀνάμνησις  de aná ἀνά  ('de nuevo' y 'hacia arriba') y mnēsis μνησις ('recuerdo' o 'memoria'). Literalmente significa volver a recordar o rememorar (traer de nuevo a la memoria).
          La palabra anámnēsis la utiliza Platón para explicar su teoría de las Ideas. Afirma que conocer no es más que recordar, pues los hombres conocen las ideas antes de que el alma se encarne en el cuerpo. Cuando nace, las olvida. No obstante, puede recordarlas con un método adecuado. Este método es la anamnesis: método por el cual se recuerda lo olvidado. También nos referimos a él con la palabra reminiscencia.
          En la actualidad y desde el año 1876 la palabra anámnesis se utiliza también en el lenguaje médico. La anámnesis es la información surgida de la entrevista clínica proporcionada por el propio paciente que apela tanto a síntomas físicos como mentales. En el caso de niños la entrevista se puede hacer a los familiares cercanos.

MONARQUÍA

μoναρχíα viene de μόνος (único) y ἀρχή (poder, gobierno). Literalmente significa gobierno de uno solo.
          Aristóteles considera la monarquía como una de las tres formas de gobierno justas. La define como gobierno de un solo hombre (el rey) que respeta la ley y busca el bien común. La corrupción de la monarquía sería la tiranía.

OLIGARQUÍA

Del griego antiguo ὀλιγαρχία. Viene de ὀλίγος, pocos y ἄρχω, mandar o gobernar. Se puede traducir entonces como "gobierno de unos pocos"
          Para Aristóteles es una de las tres formas injustas de gobierno. La define como el gobierno de un grupo de hombres sin respetar la ley y que buscan bienes particulares. La considera la corrupción de la aristocracia.
          En la actualidad se utiliza para designar el gobierno de un grupo de personas con un interés común. Se habla de oligarquía de partidos (considerando a los políticos que los conforman como una especie de casta separada de los demás ciudadanos y de los intereses generales) o de oligarquía financiera (si se considera que el poder lo ejercen en el fondo los grandes capitalistas).

TIRANÍA

τυραννία en la Grecia antigua era el régimen de poder absoluto, de ordinario unipersonal, que con frecuencia instauraba el tirano, aquel que habían derrocado al gobierno gracias al apoyo popular, un golpe de estado militar o una intervención extranjera. Así, el tirano ocupaba el poder no por derecho, sino por la fuerza. Entre los antiguos griegos el término no estaba necesariamente cargado de connotaciones peyorativas. Incluso tuvo en principio una connotación positiva y muchos tiranos eran queridos y muy populares entre los ciudadanos.
          Para Aristóteles la tiranía es una de las tres formas políticas injustas. La define como el gobierno de un solo hombre, sin respetar la ley y que busca bienes particulares. Sería la corrupción de la monarquía.
          Para la mentalidad moderna, la tiranía se identifica con un uso injusto, abusivo y cruel del poder político.

DEMAGOGIA

La palabra demagogia  viene del griego δημος (demos -pueblo) y ἄγω (ágo -conducir). Es decir, guiar o conducir al pueblo. En la Antigüedad no tenía que ser obligatoriamente el discurso engañoso de quienes sólo buscan halagar al pueblo para obtener sus favores y beneficiarse personalmente. Podía significar también guiar y educar a la población con los mejores propósitos.
          Hoy entendemos por demagogia solamente su sentido negativo y viene a constituir la perversión de la democracia. Los demagogos son los políticos que dentro de una democracia engañan al pueblo buscando beneficios particulares.

FILOSOFÍA

La palabra filosofía está compuesta por las palabras griegas φίλος (philos), que gusta, amado, aficionado, querido; y σοφία (sophia) sabiduria o ciencia. Filosofía sería entonces amor a la ciencia o afición a la sabiduría.
          Se atribuye a Pitágoras (496-580 a. C.) la mención del término filósofo por primera vez. Cuando León, rey de los Fliacos, preguntó a Pitágoras cuál era su profesión, éste contextó que no era sabio (sofos) sino simplemente un filósofo (amante de la sabiduría, aspirante a ella).

ETIMOLOGÍA

La palabra etimología viene del latín "etymologia " y éste del griego ἐτυμολογία. Es un cultismo formado por ἐτυμος (etymos significa originariamente verdadero; pero también se refiere a la raíz o palabra de la que procede un vocablo); por λόγος (logos significa palabra o expresión; pero también ciencia o tratado) y por el sufijo -ía (-ία se usa para crear sustantivos que expresen una relación con algo).
          Es decir, originariamente etimología significa "relacionado con la verdad de la palabra". Pero la Real Academia la define como "origen de las palabras, razón de su existencia, de su significación y de su forma".
          Los cultismos son palabras introducidas por filósofos, escritores y científicos para expresar conceptos carentes en el lenguaje vulgar. Muchos cultimos son también neologismos. Es decir, palabras creadas e inexistentes en el idioma originario. Muchos cultismos son tomados directamente del latín o el griego clásico.

MATEMÁTICA Y ACUSMÁTICA

μαθηματικά viene del griego antiguo μάθημα (máthēma) que quiere decir «conocimiento, campo de estudio, ciencia; pero también entender tras previa instrucción». No sería disparatado traducir entonces μαθηματικά  por  «lo que se puede entender porque ha habido una previa instrucción»
          ἀκουσματικά viene de  ἀκουσμα que podríamos traducir por "conocer porque lo hemos escuchado sin necesidad de previa instrucción". ἀκουσματικά sería entonces lo conocido porque lo hemos escuchado.
          La escuela piágórica proponía a sus discípulos dos vías de purificación. La vía acusmática, que era asequible a todos. Y la vía matemática, solo para los más aptos.
          La vía acusmática se basaba en asumir los dichos del maestro Pitágoras tras escucharlos, y constituia una vía ritual. Los ritos acusmáticos pueden parecernos hoy banales: enrollar el camisón de noche al levantarse, no orinar en dirección del sol, no comer habas, etc.
          La vía matemática se basaba en el estudio de los números y las figuras geométricas, pues los pitagóricos consideraban que tales objetos encerraban los secretos para entender la aparente complejidad del cosmos.

EKKLESÍA

ἐκκλησία  viene de Ekkaleim que significa convocación e invitación.
          En la Atenas democrática, la ekklesía era la asamblea de los ciudadanos reunidos para discutir asuntos políticos.
          San Pablo usó esta palabra para referirse a la convocatoria y congregación de creyentes cristianos. Es decir, Iglesia.

jueves, 28 de abril de 2011

BOULĒ

Boulē o Bulē es la trascripción de la palabra griega Βουλή. Originariamente significa voluntad.
          En la Atenas predemocrática la Boulé era una asamblea restringida de menos de 400 ciudadanos encargados de los asuntos corrientes de la ciudad. Tras las reformas de Solón, sus miembros aumentaron a 400 y eran escogidos entre los arcontes (magistrados). Sus cargos eran inamovibles  y representaban a los ricos en oposición a los aristócratas. Constituían  un tribunal que controlaba a los magistrados, interpretaba las leyes y juzgaba a los homicidas.
          En el año 507 antes de nuestra era el legislador ateniense Clístenes, padre de la democracia ateniense, modificó la Boulē.  Aumentó el número de sus participantes a 500 ciudadanos, y eran elegidos por sorteo. La Boulē era un consejo deliberativo. Un siglo más tarde inspiraría la Asamblea (Ekklesía) de todos los ciudadanos. No obstante, la Boulē siguió existiendo en la democracia ateniense

OSTRACISMO

La palabra ostracismo viene del vocablo griego oστρακισμoς (ostrakismos) y significa destierro. La palabra oστρακoν (ostrakon) quiere decir cáscara o caparazón. Ostrakon viene de oστρεoν (ostreon), que significa ostra.
          Los antiguos atenienses cada cierto tiempo hacían una votación en la cual escribían en un pedazo de cerámica el nombre de un ciudadano y lo ponían en una gran jarra. Luego contaban los nombres escritos en los tejuelos. La persona cuyo nombre recibía más votos era desterrada de Atenas durante diez años.
          La palabra ostracismo hace referencia a que la votación para desterrar a un ciudadano se realizaba en un trozo de cerámica en forma de concha. En la cerámica se escribía el nombre del ciudadano al que se quería desterrar.