lunes, 9 de mayo de 2011

EUDEMONÍA

Eudemonía viene del griego eudaimonia. Palabra compuesta de "εú" bueno y " δαίμων" o dáimôn con grafía latina. Dáimôn suele referirse a ciertos entes que comparten los rasgos fundamentales de lo que en otras tradiciones se denominan ángeles y demonios. No obstante, en griego, dentro de este campo semántico, tiene múltiples significados. El que creo que es más adecuada en relación con la palabra que nos trae es el que designa a seres divinos y semidivinos que vienen a ser intermediarios entre los dioses y los hombres. El Eros descrito en El Banquete de Platón seria, por ejemplo,  uno de estos seres mediadores. Lo interesante para dar significado pleno a la palabra eudemonismo es, precisamente, el carácter mediador. Por metonimia daimon sería entonces medio.
          Si apelamos a su etimología deberíamos decir más bien que la eudemonía es un medio para el bien. Así el término derivado: eudemonismo, vendría a designar los planteamientos éticos que constituyen una reflexión que viene a plantear estrategias o “medios” para alcanzar un fin, que es precisamente “un bien”, una vida mejor.
          No obstante, eudemonía se suele traducir por felicidad o buena vida. Y eudemonismo serían entonces las distintas escuelas éticas que reflexionan sobre qué es este bien, buena vida o felicidad, y se proponen elaborar normas básicas para alcanzarlo.
          Prácticamente toda la ética griega puede ser considerada eudemonista: Platón, Aristóteles, epicureismo, estoicismo, escepticismo y cinismo. También podríamos considerar eudemonista la ética de Tomás de Aquino, en el sentido que busca la felicidad, aunque sea en una vida futura. Aunque aquí deberíamos hacer otra división: eudemonismo terreno (los que buscan la felicidad en la vida presente) y eudemonismo ultraterreno (los que buscan la felicidad en una vida después de la muerte). Más recientemente podemos considerar eudemonista (eudemonismo terreno) la ética utilitarista, en el sentido que el objetivo de la acción correcta es para ellos alcanzar la máxima felicidad para el mayor número de personas.
          Existen otros planteamientos éticos que persiguen otro fin: la acción justa, la acción correcta o el mero deber. Tales éticas dejan en un segundo plano la cuestión de la felicidad. No es contradictorio entonces actuar correctamente y no alcanzar felicidad. La ética de Kant sería el más claro ejemplo. Tales éticas se suelen denominar deontológicas.

4 comentarios:

  1. La disciplina , la ética, encaminado al bien común, se pueden considerar entonces dentro del concepto de eudaimonia??

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  2. La disciplina , la ética, encaminado al bien común, se pueden considerar entonces dentro del concepto de eudaimonia??

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    1. Pues yo considero que sí, ya que la felicidad de la que se habla acá es aquella que deriva de la acción moralmente correcta, racional, y por ende, según los términos de Aristóteles, de acuerdo a los intereses supremos del bien común.

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