La palabra "privilegio"
proviene del latín privilegium, compuesta por privus del verbo privare
(privado, particular, de uno mismo), legio que viene de legalis
(relativo a la ley) y del sufijo -ium (-io, indica relación). De modo
que el significado vendría a ser ley privada para una persona o un grupo de
personas. En lenguaje jurídico privilegium es una ley que afecta a un
sector particular de ciudadanos o algún particular en concreto, constituyendo
así una diferencia de trato legal con el resto. En ese sentido la ley romana ya
prohíbe, que sepamos desde el 450 a.C., que no se puedan proponer para su
aprobación en asambleas privilegia. Tal prohibición aparece en las Leyes
de las XII Tablas, IX, 1, con la expresión: privilegia ne inrogantur :
"No se han de proponer leyes dirigidas a personas o sectores
particulares". Es el primer reconocimiento escrito en Roma del principio
de que la ley ha de ser igual para todos.
Hoy en día el término privilegio se usa también más
allá de su significado legal. Decimos que es un privilegio cuando una persona o
institución da un beneficio o concesión particular a otra persona o grupo sin
haber hecho méritos objetivos para ello.