jueves, 3 de noviembre de 2011

ECONOMÍA Y CREMATÍSTICA

En la Política Aristóteles identificó dos tipos de actividades productivas y distributivas en la antigua sociedad griega: οíκονομία (economía) y  χρηματιστική (crematística).
     Economía viene del griego οíκονομία, que a su vez se compone de dos palabras: οìκος (hogar o casa, en el sentido de patrimonio) y νέμω (ley o medida). La economía se puede definir entonces como el conjunto de leyes, normas o costumbres mediante las cuales se administran los bienes de la casa. En la Antigua Grecia estos bienes solían ser esclavos, animales domésticos, lana, alimentos y otros recursos. En 1615 el economista francés Antonio de Montcheretien afirmaba que la ciencia de la administración de la riqueza era común al Estado y al hogar. Antonio entonces consideró correcto utilizar la palabra economía para designar tanto la administración de los bienes de un Estado como los de una familia, pues consideró que un Estado o país es como una casa grande y una casa una especie de Estado en pequeño. En español utilizamos entonces los términos “economía política” (término utilizado por Antonio)  para referirnos a lo primero y “economía doméstica” (expresión que en griego sería sin embargo redundante) para lo segundo.
     La palabra crematística viene del griego χρηματιστική (chrematistike), que a su vez se deriva de χρήματα (chremata), bienes, riqueza, dinero. De modo que originariamente la crematística sería el arte de adquirir bienes o dinero. En el primer libro de la Política Aristóteles afirma que hay dos tipos de crematística: la doméstica y la comercial o de cambio. La crematística doméstica se sirve a veces del dinero para obtener lo necesario para la vida y el hogar y la crematística de cambio tiene por objeto el dinero mismo. Aristóteles considera que la riqueza doméstica tiene un límite, las necesidades del hogar, mientras que la riqueza a que aspiran los que se dedican al cambio es ilimitada, pues no persiguen otro fin que el aumento indefinido de su caudal de dinero. Aristóteles muestra mayor simpatía por la primera que por la segunda. No obstante, en el libro V de la Ética Nicomáquea, Aristóteles volvió a meditar sobre la función del dinero, esta vez con mayor simpatía por la actividad comercial.