viernes, 23 de noviembre de 2012

DIALÉCTICA

La palabra dialéctica viene del griego διαλεκτικός (dialectikós). Διάλεκτος, estaría compuesto del prefijo διά (diá), 'a través de', y λεκτός (lectós), un participio del verbo λέγω (légo), que significa  'conversar'.

Λεκτός (lectós), en su forma neutra λεκτόν (lectón) tiene un significado similar a λόγος (lógos), que también derivaría de λέγω (légo), siendo por lo tanto similares en significado las palabras διάλεκτος (diálectos) y διάλογος (diálogos).

La palabra dialéctica se refiere entonces al arte de la argumentación y contra argumentación por medio de la palabra en cualquier proceso discursivo.

La dialéctica es el método que emplea Platón en sus diálogos para llegar a las Ideas. Se inspira en la mayéutica socrática y constituye la actividad propia del filósofo situado ya en el grado de conocimiento de noesis (pero no propio todavía para los matemáticos aún en el grado de dianoia). La dialéctica platónica es el proceso discursivo que pretende elevarse desde el mundo físico hasta el mundo de las Ideas. Y una vez allí, ir de un nivel de Ideas inferiores hasta otro superior para finalmente alcanzar la Idea de Bien. A veces Platón llama dialéctica solo al proceso discursivo que asciende de un nivel de ideas inferiores hasta otro superior.

En un sentido más amplio la dialéctica consiste en contraponer ideas o enunciados bien fundamentados según los principios de la lógica a otros igualmente fundamentados y demostrables. Y a través de esa tensión, a modo de una lucha verbal y lógica, poder llegar a conclusiones fiables.

La dialéctica se configuró en la Edad Media como una disciplina metodológica a estudiar. Así en las universidades medievales formaba parte del Trivium (conjunto de tres disciplinas metodológicas de estudio ineludible para cualquier saber: Gramática, Retórica y Dialéctica).

En el siglo XlX el término dialéctica adquiere un sentido propio en el ámbito de la filosofía idealista alemana. Hegel considera que la dialéctica es la ley lógica que rige el desarrollo de la realidad, que es de naturaleza espiritual y racional. La dialéctica es también la forma en la que el hombre, que es un ser racional, puede entender la realidad  y el desarrollo del Espíritu. De modo simplificado la dialéctica hegeliana propugna que en cualquier situación hay un estado de cosas (afirmaciones, saberes, postulados) fundamentadas y mantenidas, que es lo que llamamos tesis. Pero a la tesis se opone una negación o antítesis. Del enfrentamiento entre tesis y antítesis surge una síntesis que normalmente incorpora aspectos de la tesis anterior y de su antítesis. Esta síntesis se constituye en nueva tesis, que sucesivamente se enfrentará a una antítesis y generará una nueva síntesis. Así sucesivamente. Karl Marx retoma la dialéctica hegeliana, pero en un sentido puramente materialista-económico.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

HIPOTENUSA

La palabra hipotenusa viene del griego, Hypoteinousa  (ὑποτείνουσα), formada del prefijo ὑπο (hypo = debajo de) el verbo τείνο (teino = yo tiro) y -ουσα (-ousa, que indica un participio femenino). El participio de hypoteino (tensar fuertemente), significa entonces "fuertemente tensada".

La razón del nombre es la siguiente. Los primeros geómetras griegos eran, como su nombre indica, "medidores de la tierra". Trazaban figuras geométricas ayudados por estacas  (κέντρον kéntron, de κεντέω kentéo perforar. Kentrón es también el punto “perforado en la tierra” donde se fija el compás, y también el centro de una circunferencia) que se clavaban en el suelo. A estas estacas se fijaban cuerdas. Con tres estacas se formaba un triángulo rectángulo si se tensaban las tres cuerdas y las estacas estaban colocadas adecuadamente para formar un ángulo recto. Primero se tensaban las cuerdas para formar los catetos. La hipotenusa se obtenía tensando fuertemente una cuerda entre los puntos extremos de los catetos marcados con estacas. Esta técnica fue copiada de los egipcios. Resultaba que si la cuerda de un cateto media tres y la de otro cateto media cuatro; la cuerda que se tensaba dando lugar a la hipotenusa, medía siempre cinco. La genialidad de Pitágoras fue la formulación abstracta del teorema que lleva su nombre c2= a2 + b2: el cuadrado de la hipotenusa (c2) es igual a la suma del cuadrado de los catetos (a2 + b2). De modo que la hipotenusa es la raíz cuadrada de la suma de los cuadrados de los catetos Las deducciones de Pitágoras dieron lugar al desarrollo de la trigonometría.

Posteriormente los pitagóricos se dieron cuenta de que si aplicaban el teorema de Pitágoras a un triángulo rectángulo cuyos catetos miden la unidad, la hipotenusa no se podía expresar con un número exacto, lo cual les causó tanta perplejidad que marginaron desde entonces el desarrollo de la aritmética y se centraron en el estudio de la geometría. Hoy sabemos que el número en cuestión es raíz de dos y que resulta ser un número irracional, pero para los pitagóricos aquello era tan irracional que no podía considerarse siquiera número. La culpa de todo este lío la tuvo un tal Hipasos, natural de Metaponto, pero esto es ya otra historia.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

ENIGMA

La palabra enigma nos llega del latín aenigma, vocablo que era un préstamo del griego αἴνιγμα ("aínigma"), que significaba lo que se da a entender, palabra oscura o equívoca. Este vocablo se forma con el sufijo griego -ma (instrumental-resultado), sobre la raíz del verbo αἰνίσσομαι ("ainíssomai"), decir con palabras encubiertas, dar a entender. Este verbo se forma con un alargamiento gutural sobre la raíz del vocablo αἶνος ("ainos") que designa en griego cualquier conjunto de palabras o enunciado cargado de elementos significativos o dobles sentidos, como por ejemplo una fábula instructiva o cosas similares.

En Edipo rey Sófocles nos habla de la Esfinge, un monstruo con rostro y pechos de mujer, patas y cola de león y alas de pájaro. La Esfinge proponía enigmas a todos aquellos que querían entrar en Tebas. Si no lo resolvían, morían. El enigma que propuso a Edipo fue el siguiente: ¿Cuál es el ser que anda primero con cuatro patas, luego con dos y después con tres; y que se vuelve más débil según tenga más patas? Edipo, contestó: es el Hombre, pues gatea cuando niño, camina de adulto y de viejo anda con bastón. La Esfinge, despechada y vencida, se lanzó al vacío desde lo alto de una roca y murió. Ante esto, Tebas hace rey a Edipo y le pide que se case con su reina Yocasta. Edipo se casa con Yocasta sin saber que era su verdadera madre.

FACTICIO

La palabra facticio proviene del latín, un cultismo creado empleando el verbo facere o hacer. Las cosas reales o son hechas  o manipuladas por el hombre; o bien surgen naturalmente. A todo lo hecho o construido por el hombre se le puede calificar como facticio.

El filósofo francés Descartes clasificó las ideas en tres grupos: adventicias, innatas y facticias. Las primeras son aquellas que parecen venirnos de fuera, como la idea de árbol o casa. Las ideas inatas son las que han nacido con nosotros (para Descartes la idea de causa o la idea de Dios). Las facticias eran las ideas que crea la imaginación, y se construyen a partir de retazos de ideas adventicias. Así pues, la idea de caballo o de ave son ideas adventicias. Pero la idea de Pegaso (caballo alado) es una idea facticia.

Ver video de Descartes

domingo, 11 de noviembre de 2012

PANTEÍSMO

La palabra panteísmo se refiere a las doctrinas religiosas que creen que la divinidad está constituida por la totalidad del universo o que todo es parte de la esencia divina. Panteísmo está formada por las raíces griegas del adjetivo  πᾶς, πᾶσα, πᾶν (todo) en su forma neutra πᾶν (pan), y del sustantivo θεός (dios), junto con el sufijo griego -ismo (doctrina, creencia, actitud vital).

Podemos encontrar la raíz pan- con el valor de "todo" en diversas palabras de origen griego, como panorama, pancracio, panacea, panoplia, pandemia, etc. A veces presenta la forma radical del genitivo panto-, como en pantomima, pantógrafo o pantócrator (todopoderoso).

La raíz griega de θεός (theos) la encontramos en palabras como teísmo, apoteosis, monoteísmo, teocracia, teología, politeísmo, etc. Este vocablo se origina en una raíz indoeuropea *dhēs- que expresa conceptos religiosos. Hay que hacer notar que esta raíz indoeuropea es completamente diferente a la que genera la palabra latina deus, que es la que generó nuestra palabra dios. Deus , que en origen significa "ser de luz", procede de una raíz indoeuropea *deiw- (brillar, luz diurna).

HOMEOMERÍA

Según nos dice Aristóteles, para Anaxágoras de Clazomene la realidad está compuesta por innumerables partículas que son infinitamente pequeñas. Son distinguibles unas de otras cualitativamente. Lo peculiar de estas partículas es que tienen en su interior la potencia o posibilidad de trasformarse en otra cosa. Aristóteles llama a estas partículas "homoioméreiai" (en griego antiguo: ὀμοιομέρεια). Pero Anaxágoras se refiere a ellas como spermata (σπερματα), palabra compuesta de la raíz σπερ- (sembrar, inseminar) y el sufijo -μα/ -ματο (medio, instrumento o resultado). Podemos entender pues que las homeomerías o spermatas son una especie de semillas que tienen a su vez semillas de todas las cosas. Esto explica que las cosas naturales puedan trasformarse continuamente. Así los hombres comemos diversos alimentos, esa comida se trasforma en carne o sangre, y así sucesivamente.

sábado, 10 de noviembre de 2012

IDEA

La palabra “idea” viene del griego ειδέα / ιδέα (aspecto, forma o apariencia). Esta palabra es derivada de είδω (eído) que significa "yo ví". De modo que originariamente la palabra está en relación con la visión. No obstante, Platón, en su teoría de las Ideas, va más allá. Y se refiere a ellas como definiciones generales de las cosas, eternas, inmóviles, inmutables, modelos perfectos de las cosas sensibles y existentes realmente en el τόπος οὑρανός (topos uranos o lugar celeste).

Si atendemos al insigne filósofo Manuel García Morente y a su clarificadora obra “Lecciones preliminares de filosofía”, la palabra idea sería un neologismo inventado o reinventado por el propio Platón:

“La situación de los filósofos que empezaban a filosofar hace veinticinco siglos era grave, porque no tenían a su disposición terminología ninguna. Para nosotros es muy sencillo: tiramos del cajón de la historia, y desde Platón hasta aquí tenemos una enormidad de términos para decir lo que queremos decir. Pero entonces no había más que los términos del idioma usual. Entonces los filósofos acudieron a dos recursos: uno, tomar del idioma usual un término y darle sentido filosófico; el otro recurso consiste en forjar un término nuevo. Esto hizo Platón al forjar la palabra “idea”: la formó con una raíz de un verbo griego que significa "ver". De modo que “idea”, en puridad, significa visión, intuición intelectual. Eso es exactamente lo que significa idea.”

ALEGORÍA

La palabra alegoría viene del griego  ἁλληγορία  (allegoria), formada de αλλος (allos = otro), ἁγορά (ágora = asamblea, plaza pública, mercado, discurso) y el sufijo - ια (-ia = cualidad). En retórica, se refiere a explicar un concepto abstracto por medio de varias metáforas continuadas, por ejemplo, este refrán persa:

Las raíces son el pueblo. El tronco, el rey. Considera que de las raíces saca el árbol todas sus fuerzas.

En filosofía es famosa la alegoría de la caverna de Platón, expuesta en el libro Vll de la República:

La caverna es el mundo sensible. El mundo exterior a la caverna es el mundo de las Ideas. Las cosas del exterior de la caverna son las Ideas. Y el Sol es la Idea de Bien.

Ver video ilustrativo: "La alegoría de la Caverna"


jueves, 8 de noviembre de 2012

HYBRIS

La palabra hybris se puede leer muy frecuentemente en tratados o ensayos de filosofía o literatura griega. Es la transcripción del griego ὑβρις (desmesura, todo lo que sobrepasa una justa medida, orgullo, soberbia). En la moral y la religión griegas no existe el concepto de pecado al estilo de la mentalidad judeocristiana. Sin embargo un principio que regula toda la ética griega es el concepto del término medio. Ni el amor ni el dolor ni las aspiraciones ni el poder ni cualquier otra cosa deben sobrepasar una medida razonable, lo que se expresa en la conocida máxima délfica μηδέν  αγαν (medén agan= "nada en exceso") que predica la moderación como principio de la vida. La hybris es pues algo que genera un desequilibrio y sobre todo que atrae la cólera de los dioses, siempre prestos a propiciar la ruina del que la muestra.

Generalmente la hybris es el tópico de toda la tragedia griega. El héroe sobrepasa las capacidades humanas y desarrolla unos sentimientos o unas aspiraciones desmedidas en su actuación. La tragedia clásica contrapone a la hybris la sophrosynê (σωφροσύνη), esto es, la moderación que respeta los límites que se imponen al hombre.

Platón habla de la hybris en varias de sus obras: En Fedro, las Leyes y en Critias. En el Fedro, Platón afirma que existe un tipo de deseo que "atolondrada y desordenadamente nos tira hacia el placer, y llega a predominar en nosotros", y añade que a este impulso se le ha dado el nombre de hybris.En las Leyes, al explicar que los espartanos han desterrado de su país aquello que hace insensatos a los hombres, vuelve a nombrar la hybris junto a los placeres cuando afirma que, en Esparta, no se ven ni "banquetes ni cuantas otras cosas acompañan a éstos excitando a más no poder todos los deleites". Más adelante, en este mismo texto, vuelve a colocar la hybris entre aquellos estados que "embriagándonos por el placer nos hacen perder el sentido" y nos convierten en insensatos, para acabar calificando con este apelativo al "deseo de engendrar descendientes" cuando se convierte en una necesidad y apetito que abrasa y enloquece por completo a los hombres. Siguiendo a Platón, se podría afirmar que dicha hybris es un modo de actuar que está precedido por una ofuscación del pensamiento, que excita y embriaga los sentidos, y cuyo deseo de engendrar puede llevar a la locura. Por consiguiente, si quitamos del hombre el pensamiento y embriagamos sus sentidos, dejándole sólo el deseo de engendrar, no nos queda más que un animal excitado por uno de sus instintos.

Aristóteles habla extensamente de la hybris en su Poética. A menudo los héroes cometen hybris por no hacer lo que está previsto en el destino o moira, literalmente parte o porción del lote. En algún momento del desarrollo de la tragedia el héroe que ha cometido la hamartía (ἁμαρτία), que se puede traducir como error trágico, defecto, fallo o pecado, descubre su propio error. Ese reconocimiento del error se denomina en griego anagnórisis (αναγνώρισις) y tiene como consecuencia el cambio de suerte del protagonista o peripecia (περιπέτεια en griego y que en latín se transcribe como peripétia). La acción trágica se caracteriza por el cumplimiento de la peripecia, que Aristóteles describe como “la inversión de las cosas”; es decir, el cambio de la suerte en desgracia. Esta inversión se relaciona con el castigo merecido al cometer el exceso.

Fuentes principales: etimologías Chile y Carmen Trueba